Estamos en un momento de auténtica transformación digital. La automatización de procesos y tareas ya está presente y es muy probable que de aquí a 20 años, o incluso menos, la programación sea un habilidad necesaria en cualquier trabajo, al igual que hoy usamos cualquier herramienta de Office.
Viendo esta tendencia, siendo consciente también que el futuro del profesional de la información cambiará de tal forma que, ya no se dedicará a tareas tan repetitivas como la catalogación o clasificación de contenidos de forma manual, y sabiendo que hay empresas que están desarrollando software que trabaja en esta línea, uno de mis objetivos hace dos años, fue, precisamente, aprender a programar. Para ello, decidí hacer un certificado de profesionalidad en Desarrollo Web.
Con la parte teórica ya finalizada, llegaba el momento de encontrar una empresa para hacer las prácticas. ¿Con qué me encontré? Con una misión imposible. Ojo al dato, que se trata de unas prácticas ¡NO REMUNERADAS!
Quizás te preguntes, ¿y por qué te interesaba hacer prácticas en una empresa?
Por una parte, porque era una forma de ver cómo se desarrolla el trabajo allí, qué se demanda, cómo se llevan a cabo dichas tareas, etc. Pero también para ver cómo necesitaba reforzarme y qué podía aportar un profesional de la información en dicho ámbito.
Sin embargo, la respuesta que me encontré es que no cumplía el perfil. Ojo, no culpo a las empresas. Entiendo que a estas les salga más rentable formar a sus trabajadores o a personas con una FP con más hora de formación, que tengan la posibilidad de continuar en ella, que a una persona ajena a la misma que acaba de hacer un certificado de profesionalidad. Al fin y al cabo, el tiempo es oro y también supone dinero.
Pero me sorprendía ver titulares en la prensa donde las empresas, precisamente, se quejaban de la falta de profesionales lo suficientemente capacitados para trabajar en el ámbito digital, incluso afirmando, algunas de ellas, que estaban dispuestas a capacitarlos. Bueno, pues en mi caso, parece que no fue así…
Insisto, soy conciente de que, en un curso de 510 horas, no voy a ser ya programadora, hace falta más práctica y experiencia, pero si no me dejaban ver cómo trabajan, ¿cómo podía seguir formándome y avanzando en esta nueva sociedad? ¿acaso hay algo de malo en querer avanzar?
¿Quizás la administración debería limitar la oferta de certificados de profesionalidad en este campo o mejorar la formación? No lo pongo en duda. Pero, por otra parte, ¿no se van a necesitar cada vez más competencias digitales? ¿Por qué estamos poniendo puertas al campo?
¿Y el nicho de los profesionales de la información en el ámbito digital?
Durante la realización del curso y en el proceso de búsqueda de empresas, sí que encontré un nicho donde los profesionales de la información podríamos tener cabida. Es cierto que los informáticos e ingenieros tienen mayor experiencia en procesos de automatización, pero nosotros conocemos la existencia de esquemas, estructuras, modelos y vocabularios controlados que pueden aplicarse en cualquier organización. Es cierto que cualquiera puede crear una categoría temática o una base de datos, ¿pero cuánto tiempo se invierte diseñando un sistema de categorías? ¿ese sistema creado sigue algún tipo de normalización o surge de la nada? ¿y si luego quiero que mi información sea interoperable con otro sistema? ¿pienso en el uso de estructuras ya preexistentes? ¿cuánto tiempo perdemos en adaptar la estructura de una base de datos ya hecha cuando queremos hacer interoperables dos sistemas con vocabularios distintos?
Por ejemplo, si voy a montar un blog sobre agricultura, ¿sabíais que la FAO tiene un tesauro sobre alimentación y agricultura? ¿Para qué sirve todo esto que acabo de contar? Para que, en lugar de crear categorías basadas en los términos según mi libre albedrío, pueda aplicar este sistema que, probablemente, también utilizan otras organizaciones relacionadas con ese sector y facilitar la transición a una futura interoperabilidad de datos entre sistemas, sin tener que crear un perfil de aplicación. Que si opto, en cambio, por hablar en mi blog sobre el ámbito cultural, puedo utilizar el tesauro del Patrimonio Cultural de España o cualquier otro vocabulario que se adapte a mis necesidades.
Vale, si te has metido en algunos de los enlaces anteriores, quizás pienses «bueno, pero eso son solo valores que se pueden aplicar en un campo concreto de una base de datos». ¿Pero sabías que existen esquemas y estructuras ya predeterminadas ya creadas? Es el caso de la comunidad Schema.org, que ha desarrollado esquemas de metadatos para estructurar datos de Internet según el tipo contenidos. Pero existen muchos más ejemplos. ¿Para qué reinventar la rueda si me puedo aprovechar de ella? En todo caso, lo que tendré que hacer es adaptar el esquema a las necesidades de mi organización.
¿En serio un profesional de la información debe quedar fuera de la transformación digital? ¿Acaso no estamos para organizar, clasificar y describir? Quizás nuestro futuro pase por la automatización, pero la esquematización de contenidos en modelos de datos y la organización también está entre nuestra habilidades y va a seguir siendo necesaria, aunque las máquinas nos reemplacen describiendo contenidos.
De todas formas, recomiendo la lectura de este artículo titulado Sobra talento digital pero faltan empresas que sepan buscarlo: la denuncia de Harvard que hace alusión al estudio que la universidad hizo y que demuestran que las empresas parecen obviar otros perfiles profesionales, invitándoles aumentar su formación en un sistema educativo que tampoco responde a sus necesidades.
Conclusión final
Personalmente, no soy partidaria de etiquetar a la gente por la profesión, sino por las habilidades que desarrolla o adquiere cada uno a lo largo de su vida. Es más, creo que es necesario que todos los equipos sean multidisciplinares porque, al fin y al cabo, todos podemos aportar algo y aprender de las diferentes perspectivas. Pero si me apenaba cuando enviaba un CV para realizar unas prácticas profesionales y te descartaran, sin entrevistarte ni darte la oportunidad de demostrar qué puedes aportar a una empresa, por el mero hecho de no tener un título de DAM o DAW.
A modo de curiosidad, ¿sabéis al final cómo conseguí realizar dichas prácticas? Ofreciéndome a una ONG. Fueron los únicos que me dieron la oportunidad de escuchar mis ideas y desarrollarme, a pesar de mi corta experiencia, aunque no contaran con un desarrollador dispuesto a intercambiar sus ideas y conocimientos conmigo. Eso sí, lo que aprendí allí a base de prueba-error, no está escrito.
En cualquier caso, quizás no tuve suerte porque hay empresas que sí apuestan por contratar a gente nueva con pequeños proyectos que han desarrollado y que no tienen un título de FP o un grado en Informática, pero sí ganas de aportar talento y aprender cosas nuevas. Así que tampoco voy a meter a todas las empresas en el mismo saco. Al final, solo se trata de una experiencia personal vivida.
Para finalizar, lanzo y amplio la pregunta del título de la entrada al aire: ¿qué puede hacer una persona si quiere desarrollarse en el ámbito digital en una empresa cuando no cuenta con contactos metidos en el mundillo? Cuéntamelo en los comentarios o, incluso, si has vivido una experiencia similar, anímate a compartirla abajo. Te leo 😉